Renuevan sacerdotes su vocación en la Misa Crismal

En el marco de la Semana Santa, este miércoles se celebró la tradicional Misa Crismal en la Catedral de Santiago de Saltillo, encabezada por el obispo Hilario González García, quien destacó el profundo significado de esta ceremonia para la Iglesia católica y la comunidad cristiana en general.
Durante la celebración, más de 100 sacerdotes del presbiterio diocesano se congregaron para renovar públicamente sus promesas sacerdotales. Además, se consagró el Santo Crisma —aceite utilizado en los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Orden Sacerdotal— y se bendijeron otros dos aceites: el de los enfermos y el de los catecúmenos.
“Es una ceremonia muy bella, porque nos reúne a todos como Iglesia. Los aceites bendecidos hoy serán llevados a cada parroquia para acompañar la vida sacramental de nuestras comunidades”, señaló monseñor Hilario González.
¿Qué significa la Misa Crismal para los fieles?
El obispo explicó que este rito no solo fortalece la identidad y el compromiso de los sacerdotes, sino que también invita a todos los bautizados a recordar su propia unción espiritual.
“Cristo significa ‘El Ungido’. Todos los hijos e hijas de Dios estamos ungidos con el Espíritu para hacer obras de misericordia, proclamar buenas noticias a los pobres, sanar corazones heridos, liberar a los cautivos y transformar la tristeza en gozo”, dijo.
Monseñor González subrayó que esta ceremonia tiene un fuerte contenido simbólico y espiritual, ya que representa el envío de todos los cristianos a vivir su fe activamente.
Reconocer nuestra humanidad y renovar la esperanza
Al ser cuestionado sobre las debilidades humanas dentro del clero, el obispo fue claro y honesto: “Sí, los sacerdotes también tenemos debilidades. Somos humanos. Pero esta celebración nos llama a renovar nuestra vocación, a retomar el camino con humildad y esperanza, confiando siempre en la fuerza del Espíritu”.
La Diócesis de Saltillo invitó a la feligresía a sumarse con fe a las celebraciones de Semana Santa, reconociendo la Misa Crismal como una oportunidad para renovar el compromiso cristiano y vivir con mayor profundidad el llamado a servir y amar a los demás.